miércoles, 10 de agosto de 2011

¿Es un pájaro? ¿Es un avión...?


Y este es el encargo que me hizo retomar los pinceles. Me gustó tanto la idea que no lo dudé un segundo antes de aceptarlo, sin saber siquiera dónde demonios había guardado el material, años atrás.


sábado, 26 de febrero de 2011

Retrazos

Una de mis grandes pasiones es la pintura. Desgraciadamente, cuesta sacar tiempo y la he tenido aparcada durante años. Pero hace poco un encargo inesperado me hizo ponerme las pilas y se despertó de nuevo el gusanillo. Así que en la pequeña casita de la pandilla Calamidad ahora hay un Rincón de la Pintura, y un caballete permanentemente montado.

No tengo cuadros para vender, los pinto por encargo, pero sí que hago versiones similares de cuadros que ya he pintado.

Y como una imagen vale más que mil palabras, áquí os dejo algunas para que os hagáis una idea de lo que pasa por mi cabeza.















Pasen, pasen, pónganse cómodos

Encantada. Siempre es un placer recibir visitas.
En primer lugar, me presentaré: mi nombre es Sonia Calamidad, y soy una profesora-artista-artesana que se atreve con todo y a la que le encantan los retos. Esta es mi humilde morada, una casa-taller en la que todo es posible y en la que muchos sueños se hacen realidad. No está muy ordenada, la verdad, pero ¿qué se puede esperar de alguien que se apellida Calamidad? Aunque tampoco soy un completo desastre, lo iréis viendo a medida que conozcáis mi trabajo. No vivo sola. Comparto aventura con un músico llamado Siniestro Gabriel cuyas guitarras ocupan la mitad de esta casa-taller, y con un pequeño artista que responde al nombre de Bruno Cocoliso, que tiene una enorme colección de juguetes y Transformers que ocupan otra mitad. Eso es lo bueno de tener una casa mágica: te puedes permitir el lujo de dividirla en tres mitades, y así, sólo así, es posible vivir en ella.
Y no me alargo más. ¿Les apetece tomar algo? ¿Un té con pastas? ¿Una tarta de moras, quizás? Están ustedes en su casa. Descálcense, quédense todo el tiempo que quieran y compartan un pedazo de nuestro mundo.
Como ya he dicho, siempre es un placer recibir visitas.